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Madre soltera, pero nunca sola: La inspiradora historia de Silvina y Francisco

Por: Maholi Albuez


El camino educativo de Francisco ha sido variado, desde escuelas estatales hasta parroquiales.

En medio de desafíos y incertidumbres, Silvina, madre soltera, encuentra fuerza y apoyo en el amor incondicional por su hijo, Francisco. «En estas situaciones sin esa red de contención debe ser muy difícil», asegura, «pero a pesar de ser madre soltera, no te sentís sola. Nunca estás sola».

El primer cumpleaños de Francisco fue un hito lleno de precauciones. Silvina se aseguró de que todos estuvieran sanos, consciente de la delicada salud de su hijo. «No vengan si no están bien», pidió, mientras organizaba el evento con esperanza y temor. Sin embargo, cada año, Francisco superaba las expectativas, desafiando los pronósticos médicos y llenando de alegría a su madre.

A los siete años, Francisco recibió un diagnóstico que cambiaría sus vidas. Aunque no tenía un síndrome o trastorno específico, enfrentaba múltiples desafíos cognitivos. Desde entonces, su madre se ha convertido en su mayor defensora y cuidadora, dedicando tiempo y energía a su educación y bienestar. «Es todo en mi vida», enfatiza Silvina.

El camino educativo de Francisco ha sido variado, desde escuelas estatales hasta parroquiales. Sin embargo, fue un cambio significativo cuando encontraron un entorno acogedor y solidario que marcó la diferencia en su desarrollo. «Es una felicidad», comparte Silvina, quien equilibra la crianza de Francisco con su compromiso laboral.

La historia de Silvina y Francisco es un testimonio de amor inquebrantable y resiliencia, demostrando que, incluso en los momentos más difíciles, el apoyo y la determinación pueden superar cualquier obstáculo.