En este contexto, en la frontera entre España y Portugal, se han elevado voces que reclaman el aumento del caudal del río Tajo desde el lado español.
Por: La redacción
Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en compañoa del comisario europeo de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, destacaron hoy la urgencia de garantizar el acceso universal al agua como un elemento fundamental para la paz y la estabilidad mundial.
Más de 3.000 millones de personas dependen del agua que atraviesa fronteras comunes, y existen 468 sistemas acuíferos transfronterizos, sin embargo, solo 24 países han firmado acuerdos de cooperación para los recursos hídricos que comparten, según datos de Naciones Unidas.
En este contexto, en la frontera entre España y Portugal, se han elevado voces que reclaman el aumento del caudal del río Tajo desde el lado español, debido a los impactos del cambio climático y la retención del volumen de agua que afecta determinadas actividades, especialmente turísticas, aguas abajo tras cruzar la frontera común.
La reciente puesta en marcha en Etiopía de la primera turbina de once contempladas para la generación de energía tras la construcción de la Gran Presa del Renacimiento ha generado preocupaciones en países como Egipto y Sudán, que temen que afecte al caudal del río Nilo que pasa por sus territorios.
Santiago Martín Barajas, ingeniero agrónomo y técnico de Ecologistas en Acción (EA) España, subrayó que el impacto del cambio climático está provocando «daños irreparables», lo que podría dificultar la presencia humana en millones de hectáreas en el planeta.
La escasez de precipitaciones y la falta de abastecimiento de agua afecta a zonas de Sudamérica, Centroamérica, África y Asia, con cientos de miles de refugiados climáticos desplazándose hacia el norte global, incluyendo Europa y Norteamérica.
La situación del agua ha llevado a los investigadores a buscar soluciones para el ahorro y la provisión del recurso, incluyendo la reutilización y desalinización del agua marina, así como una mayor concienciación sobre la finitud del recurso.
La Unión Europea hace un llamado a la cooperación global y a la adopción de medidas concretas para abordar la crisis del agua, reconociendo que su acceso universal es fundamental para la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible a nivel mundial.