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Ariel Henry se aferra al poder sin cumplir promesas electorales

Según el ex embajador haitiano en la República Dominicana, Edwin Paraison, la renuncia de Henry estaba pactada en un acuerdo con diversas organizaciones políticas haitianas.

Por: La redacción

El día de hoy marca el fin del mandato del primer ministro Ariel Henry en Haití, añadiendo un nuevo elemento de incertidumbre a la ya tumultuosa situación política, económica, social y electoral en la nación vecina.

Henry, quien se comprometió a organizar elecciones y transferir el poder a un gobierno democráticamente electo, no ha cumplido con su promesa, generando crecientes tensiones en un momento en que el líder opositor Guy Philippe encabeza una insurrección civil hacia Puerto Príncipe, exigiendo la dimisión de Henry.

Según el ex embajador haitiano en la República Dominicana, Edwin Paraison, la renuncia de Henry estaba pactada en un acuerdo con diversas organizaciones políticas haitianas. Este acuerdo establecía un período de transición de 14 meses, que incluía la celebración de elecciones en 2023 para que el próximo presidente asumiera el poder el 7 de febrero de 2024.

En este contexto, Henry realizó cambios en el gabinete gubernamental y creó el Alto Consejo de Transición (HCT) con Myrlande Manigat como presidenta. Sin embargo, Henry se ha negado a cumplir con la disposición del acuerdo, lo que ha intensificado las tensiones en el país.

El Acuerdo Montana, firmado por más de 1000 personas de diversos sectores, abogaba por un ejecutivo bicéfalo con un presidente y un primer ministro, así como una entidad de control del gobierno en ausencia del parlamento. A pesar de estos esfuerzos, la situación en Haití ha experimentado un retroceso, con Henry rechazando cualquier acción que amenace su posición de poder.

La comunidad internacional ha observado con preocupación los acontecimientos en Haití, especialmente después del asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021, lo que desencadenó una serie de conflictos políticos y una lucha por el poder.

La falta de una transición pacífica y democrática en Haití representa un obstáculo significativo para la estabilidad y el desarrollo en la región, subrayando la urgente necesidad de encontrar una solución consensuada y pacífica para la crisis actual.